Las ramas esqueléticas de los árboles se acercan a cada paso, las luces del atardecer dominan la atmósfera al ritmo del canto de los pájaros. En esta selva, las aves viven en los nidos que cuelgan de árboles de materiales reciclados y los agujeros de las jaulas invitan a mirar en su interior. El artista juega con el sentimineto de voyeur escondiendo lienzos en el interior de los nidos, pinturas que muestran la intimidad en las ciudades, descubriendo a personas viendo la televisión o usando el secador.Metáfora de las casas en las que vivimos, los nidos son la parte urbana que se cuela así en el bosque. «Quiero mostrar el aspecto humano, lo íntimo, el interior, las personas leyendo en sus casas, viendo la televisión,… son paisajes urbanos, para encerrar la ciudad dentro del bosque».
«Una nueva visión de bosque, de lo que nos queda». Por supuesto, este bosque puede dar paso a un nuevo bloque de edificios o a un centro comercial. Los árboles y los nidos están en venta, como lo está cualquier bosque con dinero de por medio, reconoce el artista, que abre la puerta a reflexionar no sólo sobre la destrucción de la naturaleza sino sobre el valor del arte. ¿Cuánto vale un árbol?, mejor me compro un nido

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