En relación con el artículo publicado en Diario de Avisos el 17 de enero sobre la situación del Círculo de Bellas Artes de Tenerife, la entidad quiere aclarar que parte del contenido, y en especial el titular, no se corresponde con la realidad de la situación.

En ningún momento ha habido por parte del Círculo voluntad de “desafío”, tal y como se afirma en la noticia. La única voluntad existente es la de querer solucionar los problemas que a día de hoy imposibilitan la apertura del centro a la sociedad, diseñar una programación y devolver a Santa Cruz la oferta cultural que desde hace más de 90 años propone el Círculo para la ciudadanía.

El centro está, de acuerdo con la orden de Gerencia Municipal de Urbanismo, sin actividad alguna de pública concurrencia.

Actualmente se encuentra en proceso de encargar el proyecto de Ingeniería de cara a la adecuación de las instalaciones a las normativas actuales. Para tratar el asunto de su ejecución, está prevista una próxima reunión con representantes de Cabildo y Ayuntamiento, con el fin de avanzar en posibles fórmulas de financiación.

En paralelo, el Círculo ha solicitado asesoramiento jurídico para estudiar el trasfondo legal del cierre, con el fin de encontrar posibles fórmulas que permitan que el centro pueda estar abierto al público hasta que se ejecuten las obras de adecuación.

Todo ello con la firme convicción de que el Círculo de Bellas Artes de Tenerife constituye una parte muy importante de la historia y del patrimonio cultural de Canarias.  Además de ser una de las instituciones más antiguas de Tenerife, independiente y sin ánimo de lucro, es también el único centro cultural multidisciplinar del corazón de la ciudad, en la zona más transitada. Una entidad que creció como modelo singular de contenedor cultural por su mezcla de rigor, creatividad e innovación.

93 años de historia con sus etapas naturales y no pocos obstáculos superados. Nunca, ni en la Guerra Civil ni en la dictadura, fue cerrado, a pesar de que muchos de sus socios fueron perseguidos.

El Círculo es, hoy por hoy, un espacio vivo y diverso, abierto a todo pensamiento y sensibilidades, a la creatividad, al debate y a la difusión de la cultura, siempre con la perspectiva de las vanguardias que motivó a sus fundadores y que convirtió a la entidad en precursora de las mismas en Canarias.

Estos argumentos, y ningún afán de desafiar, constituyen el motor y la voluntad de su actual equipo directivo, que considera que su continuidad y preservación es deber de todos: junta, socios, sociedad santacrucera y Administraciones.

 

 

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