En mi larga trayectoria como pintora y dibujante, he abordado diversos temas (figuras, paisajes, geometrías, etc.) pero la arquitectura, las luces y sombras han sido una constante en mi creación personal.

De mi tendencia a buscar lo bello en estos tres elementos, surge de nuevo la tentación de disfrutar de ellos en esta nueva exposición. Regreso de alguna forma a los orígenes de mis primeras obras, en las que utilizaba como única técnica: el dibujo a lápiz.

El proyecto que ahora  les presento está dedicado exclusivamente al Dibujo. Nunca pongo título a mis obras, me parece que limito la mirada del espectador porque, como dice el artista Mark Ryden: “¿Para qué poner palabras a lo que alguien puede experimentar ante una pintura?”.  Lo que sí hago siempre es buscar un título que agrupe y defina  de alguna manera la totalidad del conjunto que presento, y que suele aparecer cuando el proyecto está terminado, en este caso me he decidido por: “Los guardianes de la arquitectura”

La belleza  no sería nada sin esos claroscuros producidos por el juego de las diferentes modulaciones de luces y sombras tan característicos en mi obra. Lo esencial es captar el enigma de la sombra producida entre los recovecos, oscurecer el papel, hundir en la sombra todo aquello que resulta demasiado visible despojando de su interior cualquier adorno superfluo.  Descubrir el alma de la arquitectura a través de los grados de oscuridad del  grafito retando la mirada del espectador a introducirse en esos espacios  casi vacíos, en ocasiones habitados por figuras que, de forma enigmática, presento recurriendo a la técnica del Collage.

Muchos de esos seres que pueblan mis dibujos, al principio no son sino indefinidas presencias y sin embargo, poco a poco  hacen gala de una fuerte caracterización que, a media que va avanzando el trabajo y van adquiriendo más y más protagonismo. No se necesita precisar los rasgos físicos de estos personajes,  solo el gesto nos ofrece la pauta de su actitud emocional.  Desvanecidos por el trasluz, recupero  su realidad a través de esos espacios desnudos.

La luz pierde toda su existencia si se suprimen los efectos de sombras. En esos momentos llego a dudar de su realidad y como si fuese incapaz de hacer mella en las tinieblas, los efectos blanquecinos del  papel  brotan desvelando un universo ambiguo donde la sombra y la luz se confunden.

Lola del Castillo

 

 

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