Presentación del libro del Isabel Medina, a quien acompañaran Francisco Pomares y Doris Martínez
27 de junio a las 19h. en la Sala Westerdahl.
Circulo de Bellas Artes de Tenerife.
Todavía quedan muchas historias que escribir sobre la Revolución Francesa, uno de los períodos más convulsos pero también ricos de la Historia Universal porque su relato, narrado por unos y por otros, está sesgado por una mirada política y poco limpia en torno a unos hechos que cambiaron la forma de entender al hombre porque esta violenta y radical transformación nació bajo la inspiración de la luz de la razón y su firme compromiso humanista.
La escritora recupera en su última novela a uno de los personajes más interesantes y llamativos de aquel proceso histórico: Olympe de Gouges, una mujer que en esta más que notable novela repasa su vida mientras espera en los calabozos su ejecución en la guillotina, una máquina de muerte y, tristemente, símbolo también de una Revolución que no se quedó solo en la proclama ni en pasquines, tampoco en gritos entusiastas y reivindicativos de libertad, igualdad y fraternidad, sino que asumió sus contradicciones, la ilógica de las ideas, el fanatismo en el que se puede incurrir cuando los que gobiernan se creen incorruptibles.
Con justicia, Olympe de Gouges podría considerarse como una de las primeras mujeres que luchó por los derechos de su sexo, de ahí su ya famosa Declaración de Derechos de la Mujer y las Ciudadanas, texto en el que resalta la igualdad que debe de existir entre los hombres y mujeres en la convulsa Francia de su tiempo…
Un país que intentaba hacer tabla rasa del pasado mientras se esforzaba en construir un nuevo Estado que gestionaba una clase social que, hasta ese momento, se había limitado a permanecer al margen pero que ahora era consciente que tenía que defender la gigantesca obra que había iniciado.
Una obra repleta cadáveres, algunos de ellos sin cabezas y entre los que se encontraban los de un rey y una reina, que se mezclaban con discursos y encendidos debates entre los miembros de las dos grandes organizaciones políticas de aquellos años: girondinos y jacobinos, a quienes separaba un abismo en cómo actuar para mejorar la República pero unidos frente a los enemigos que se multiplicaban tanto fuera como dentro de sus fronteras.
Desgraciadamente, y no revelamos nada de la novela porque ya desde el principio ubica al lector en la tragedia personal que vive su protagonista como la que triturará los cimientos de una Revolución que traicionó el espíritu de la libertad al caer en manos de los más radicales y sanguinarios, quienes la sacrificaron en nombre del Terror, Olympe de Gouges. La libertad por bandera es un relato apasionante y apasionado sobre unos días que ya están marcados al rojo vivo en el pasado de la humanidad, y en el que muchos murieron por un ideal que, como los que forman el pensamientos de Olympe de Gouges, consiguieron que prosperaran entre las generaciones venideras.
Para narrar esta historia, Isabel Medina no solo se preocupa por mostrar el espíritu revolucionario de su protagonista sino también su corazón de mujer y madre, preocupada porque los suyos vivan en un mundo mejor.
La novela está construida a través de varias voces narrativas y de cartas en un sobresaliente esfuerzo por reconstruir con fidelidad no solo aquellos acontecimientos históricos que cambiaron al mundo sino también a quienes contribuyeron a su transformación como fue el caso Olympe de Gouges, una mujer adelantada a su tiempo.