El elemento principal de la instalación es un suelo interactivo sobre el que se sitúa una performer que va a funcionar como antena humana. Esta ocupa el centro de la plataforma para que los visitantes interactúen con ella. El hecho de que al público se le solicite un compromiso físico total que incluye movimientos y contactos directos, lo convierte en performer potencial. Los datos capturados generarán un entorno acústico y se traducirán a las pantallas mediante gráficos viscerales que reaccionan al flujo de las personas, ampliando los límites del cuerpo humano y distorsionándolo metafóricamente. |
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