En ningún caso hablamos del regreso a una objetividad ingenua, de la restauración conservadora de un viejo canon. Al contrario, algunos artistas de distintas tradiciones ygeneraciones (de Aitor Ortiz a Javier Vallhonrat, de Montserrat Soto a J.M. Ballester) no representan ya ningún objeto que nos libre del vértigo, sino más bien se dedican a resucitar, con una alta perfección técnica, el espíritu de lo irrepresentable. |
|